What happens when all your dreams are lying on the ground?

01Jun08

I don’t lie anymore

Soy un producto incompleto. Soy un fraude, un timo. Un FIASCO. Soy la idealista realista. Soy contradicción: cada idea brillante, cada iluminación momentánea que me otorga segundos de felicidad se apaga en unos instantes. Soy un fracaso.

Llevo tiempo meditando el porqué de este desastre. Quiero saber por qué no puedo terminar nada: todas mis historias tienen finales abiertos, no hay ni un solo guión terminado, ningún vídeo que haya llegado a la fase de realización. Todo mi potencial creativo se queda en mi mente, vagando desesperado hasta toparse con alguna neurona afectada por virus de la pragmaticidad. Es entonces cuando cualquier atisbo de salir de la masa gris desaparece.

Papel mojado

No tengo grandes ideas, y las que me lo parecen… alguien con más recursos y edad acaba por hacerse con ellas antes de que se me haya dado siquiera una oportunidad. Ya nada me sorprende. Esta proliferación de finales anti-hollywoodienses y esta manía persecutoria por la introspección personal me abruma. ¿Dónde están las grandes historias?

Soy como todos ellos. Soy el prototipo de cineasta alternativa que acaba dentro del molde de todos los cineastas alternativos: la autoincomprensión. Porque sé que soy incapaz de moldear, fuera de mi imaginación, una idea. La realidad me aplasta en mi propia cabeza. Kant habló de espacio, tiempo y categorías. Yo incluyo ahí a a la sociedad. La sociedad es el cuarto concepto previo que nos permite pensar la realidad. Por mucho que te empeñes en pensar en paraísos paralelos.

Debo felicitar a todos los involucrados en el desarrollo del aparato de control mental definitivo: aquel que se apodera de nuestra única vía de escape, nuestro pensamiento. Porque, lo siento Mel, la libertad ya nos la quitaron hace mucho. 

La pregunta definitiva es, entonces: quiénes son ellos? son ellos libres?

 

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